Reglamento CLP
El reglamento CLP regula cómo se deben clasificar, envasar y etiquetar los productos químicos. Recibe su nombre de sus siglas en inglés, Classification, labelling and packaging. Es un reglamente de ámbito comunitario y desarrolla en la UE la normativa que rige a nivel internacional impulsada por las Naciones Unidas: el conocido como Sistema Globalmente Armonizado (SGA) sobre clasificación, etiquetado y envasado de las sustancias químicas peligrosas.
El objetivo principal del reglamento CLP es armonizar la clasificación de las sustancias peligrosas.
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Los fundamentos del Reglamento CLP
El principal objetivo del CLP es establecer cuando una sustancia como tal o contenida en una mezcla tiene que ser considerada como peligrosa para la salud humana o para el medio ambiente.
Es necesario clasificar e identificar los riesgos concretos que dicha sustancia puede acarrear. A continuación, estos riesgos deben ser comunicados mediante un etiquetado normalizado a cualquier que pueda entrar en contacto con ellos durante su almacenamiento, transporte o manipulación.
Por otro lado, para garantizar que el transporte y almacenamiento sea adecuado a la sustancia, se dictan normas sobre cómo se debe producir el envasado.
El reglamento CLP es una regulación normativa de lo que se conoce en ingeniería como “seguridad de producto”. La seguridad de producto es la disciplina que se ocupa de la evaluación y control de todos los riesgos asociados a los productos y a las sustancias que los componen.
La seguridad de producto está íntimamente relacionada con la llamada “tutela de producto”, que fija los principios básicos para una gestión ética y responsable de los productos químicos. Su filosofía es velar porque la producción y comercialización de productos químicos se haga de forma segura para las personas y el medio ambiente. Los principios de seguridad y prevención deben estar presentes en todo el ciclo de vida del producto: producción, utilización y reciclaje.
El reglamento CLP ha supuesto un gran cambio en cuanto a la información que deben contener los envases de los productos químicos. El sistema de etiquetado y clasificación de los mismos es mucho más riguroso que el anterior modelo que existía previamente en la Unión Europea.
Los productos químicos están clasificados según su peligrosidad en 28 tipos de peligros. Estos a su vez se engloban en tres grandes grupos de peligro:
- Peligros para la salud.
- Peligros para el medioambiente.
- Peligros para la capa de ozono.
Notificación a la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA)
Los responsables de la manipulación de esas sustancias peligrosas deben notificar a la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) cómo se han clasificado y etiquetado las sustancias a su cargo. Cualquier sustancia química peligrosa que se fabrique o se importe en el Espacio Económico Europeo tiene que seguir este procedimiento reglamentario.
Existe una Catálogo de Clasificación y Etiquetado que la Echa publica y administra. La información sobre la clasificación y etiquetado se la deben aportar obligatoriamente todos los responsables de la fabricación o importación.
El expediente de notificación para su registro se hace conforme a la normativa REACH, que es complementaria del reglamento CLP.
El reglamento REACH (reglamento CE 1907/2006) recibe su nombre del acrónimo en inglés de Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias y mezclas químicas. Su objetivo es proteger la salud de las personas y cualquier peligro medioambiental que suponga la fabricación, venta y manipulación de sustancias químicas peligrosas.