Importancia y riesgos para el exterior de un sistema de refrigeración por amoníaco (R-717)
Casi todo el mundo conoce el Amoníaco como producto de limpieza. Sin embargo a partir de 1850 se empezaron a utilizar máquinas de refrigeración por amoníaco para refrigerar alimentos, fabricar hielo y en plantas químicas.
La refrigeración por amoníaco es el método más barato y el que mejor rendimiento tiene. Sin embargo es un gas peligroso, tóxico, corrosivo e inflamable. Por lo que se nos plantean diversas cuestiones:
- 1. ¿Que ventajas tiene frente a otros refrigerantes?
- 2. ¿Que peligros entraña su uso?
- 3. ¿Que sucedería en caso de producirse una fuga de este gas?
Vamos a despejar estas dudas en este artículo
ÍNDICE
¿Dónde podemos encontrarnos un sistema de refrigeración por amoníaco?
Como hemos dicho en la introducción; la evolución del uso de los sistemas de refrigeración por amoníaco empezó en el sector de la refrigeración de alimentos. Este tipo de instalaciones industriales son las más importantes. Se ha de tener en cuenta que, en la actualidad, prácticamente todos los productos alimentarios necesitan frío en su cadena. Y lo mismo sucede con otros productos como cosméticos, químicos y farmacéuticos.
Luego, la tecnología migró hacia la climatización y aire acondicionado.
Inicialmente en el ámbito industrial.
Posteriormente para el confort térmico humano de grandes complejos.
En la actualidad muchas industrias disponen de sistemas de refrigeración por amoníaco (farmacéutica, alimentaria, química). Algunas de ellas fuera del ámbito de aplicación de la Directiva 2012/12/UE (Seveso III).
Características del amoníaco
El amoníaco (NH3) se usa como refrigerante en instalaciones frigoríficas industriales (R-717); debido a sus características deseables como fluido refrigerante.
Su característica más importante es que su eficiencia energética es mayor que la del resto de refrigerantes. El amoníaco tiene un punto de vaporización bajo (- 33 ºC). También tiene un alto calor latente de vaporización.
El amoníaco ha emergido como un refrigerante que no contribuye al calentamiento global. Esto es debido principalmente a:
- Su potencia cero de disminución de la capa de ozono
- y a las restricciones ambientales a los refrigerantes clorados o fluoroclorados.
Por contra, el amoníaco es un gas tóxico agudo, corrosivo e inflamable. Por ello, se deben considerar las consecuencias de un hipotético escenario accidental. Y también, su posible afectación tanto al interior como al exterior del establecimiento.
Consecuencias de una fuga de amoníaco
Un escape de amoníaco puede provocar graves consecuencias. No solo a los propios trabajadores de la empresa, sino también a los elementos vecinos próximos. Ya sean otros establecimientos industriales o elementos vulnerables.
El principal escenario accidental por una liberación de amoníaco es la formación de una nube tóxica. Su dispersión y alcance letal dependerá de:
- las condiciones del fluido.
- y de las condiciones atmosféricas en el momento del escape.
Por las graves consecuencias mencionadas anteriormente, se debe llevar siempre a cabo un mantenimiento exhaustivo de la instalación. La finalidad de este mantenimiento es la de evitar posibles fugas de gas. Fugas que puedan provocar una afectación al exterior del establecimiento.
Problemática urbanística y soluciones
Buena parte de los establecimientos industriales que disponen de sistemas de refrigeración por amoníaco; se encuentran incluidos dentro del ámbito de aplicación de la Directiva 2012/12/UE (Seveso III). Por lo que se garantiza, a priori, una correcta planificación urbanística del entorno; teniendo en cuenta el riesgo exterior de la actividad.
De acuerdo con las guías internacionales de reconocido prestigio; el riesgo industrial aceptable es:
- Aquel cuyo valor de frecuencia de muerte de un individuo situado en un punto esté por debajo de 10-6.
Por ello, dentro de la curva de isoriesgo de 10-6, no se podrán establecer elementos vulnerables o muy vulnerables:
- núcleos urbanos,
- centros polideportivos,
- hospitales,
- etc.
Por otro lado, en la actualidad existen muchos establecimientos industriales con sistemas de refrigeración por amoníaco no incluidos dentro del ámbito de aplicación de la Directiva 2012/12/UE (Seveso III).
Es en estos casos dónde, tanto los titulares de la actividad, como las administraciones, deben tener en cuenta el potencial riesgo.
La realización de un buen análisis cuantitativo de riesgos es imprescindible para:
- la implantación de las medidas de prevención necesarias.
- la implantación de las medidas de mitigación necesarias.
- Y para conocer el alcance de las consecuencias.
Además, puede constituir una herramienta para la administración, a la hora de definir el planeamiento urbanístico.
Servicios de Tandem HSE
En TANDEM HSE realizamos el Análisis Cuantitativos de Riesgos de su establecimiento; calculamos los posibles efectos de dispersiones de gases tóxicos. Como sería el caso de una fuga de amoníaco en cada uno de los equipos que componen el sistema de refrigeración.
Disponemos de un equipo de técnicos especializados, así como potentes herramientas de cálculo tales como EFFECTS y RISKCURVES (GEXCON).
Además, desde TANDEM HSE podemos ofrecer otros servicios en el ámbito del análisis de riesgos tecnológicos. De esta manera, se cubren los requisitos legales de la Reglamentación industrial vigente y en especial el Real Decreto 840/2015.
Pueden consultar más servicios en Estudios y análisis de riesgos tecnológicos.
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Por: Gemma Morata